Ya han pasado seis años. Seis años es casi una generación entera de jugadores en deportes electrónicos, aunque siempre hay veteranos de guerra por todos lados. Seis años marcan etapas de una vida, con mayor hincapié cuanto más joven se es. Seis años pueden convertir a una escena amateur en una profesional, con bandazos de por medio. Seis años pueden ser un grado universitario y su máster correspondiente.
Hace seis años conocí a Manu. Manu es un amigo, un muy buen amigo, que podría ser cualquiera de vosotros. Apasionado por los videojuegos, con una excéntrica habilidad pero digna de elogio en Guitar Hero y un gusto por los contextos sociales. Un chaval que todavía sigue en aquella carrera (no me mates Manu), y que actualmente está disfrutando, o eso asegura él a pesar de dormir a horas intempestivas, como todos los voluntarios de DreamHack Valencia.
Manu es de Burriana, un pueblo cerca de Castellón bastante conocido por un festival de cuyo nombre no quiero acordarme. Hace seis años, Manu sabía de la existencia de DreamHack Valencia. Con su amigo de Guitar Hero local de toda la vida, Igor, buscaban torneos donde pudieran competir y averiguaron que DreamHack Valencia tenía un torneo… en el que no se contemplaba que pudieran ganar. La recompensa por el segundo puesto era una entrada para el año siguiente.
Igor y Manu siempre iban en dúo y pudieron convencer al organizador del torneo, el cual se convertiría en una persona muy cercana año tras año, para que pudieran entrar juntos. El año siguiente, Manu pudo utilizar la recompensa del segundo puesto, además de aprovechar un congreso al que los alumnos de la universidad asistieron para poder conocer a miembros de DreamHack, para entrar de voluntario recomendado y enfocarse en ayudar a montar el torneo de Guitar Hero. Usó todo lo que estaba a su alcance, en definitiva.
Tras los años, Manu y el Guitar Hero se fueron haciendo hueco en la feria. Al principio solo pasaban algunos curiosos, pero poco a poco se formó una pequeña comunidad y empezaron a meter más actividades y contenido en el escenario de la LAN. Manu nunca dejó de ser voluntario: solo recientemente ha conseguido centrarse mucho más en el escenario y ser uno de los coordinadores de que funcione correctamente.
Manu me comentó cómo en realidad esto fue una formación que no esperaba. Entró con la motivación amateur de hacer lo que a él le gustaba, pero miembros de DreamHack le ayudaron a mejorar aspectos como la retórica delante de un público y mantener vivo el ambiente más allá de la actividad que se estuviese planteando.
Para Manu, todo era muy complicado al principio. Asegura que los primeros años se tuvo que ir pasando de puesto en puesto de todas las marcas posibles por el escenario de competición para preguntar si alguien le podía dar regalos de cara a los concursos del escenario. Con los años, fue conociendo a todos los que formaban esta parte de DreamHack, porque se suelen repetir los mismos edición tras edición.
Como anécdota, Manu afirmó que cuando preguntaba a los técnicos si podían darle algo ellos decían que sí constantemente, pero luego no pasaba nada. Tenía que hacer pasar el mensaje por toda la cadena de personas, desde los voluntarios hasta el jefe. Pero después de dos años, ya tuvo acceso al almacén y los procedimientos se agilizaron. No hablamos de nada elaborado: Manu solo pedía una toma de corriente y poco más que cables para que todo funcionara.
De hecho, los primeros años era él quien llevaba su propia Xbox 360 para montar el torneo. Al final llamó mucho la atención por su proactividad y ser de las pocas cosas diferentes de la zona LAN. Hacía ruido, y quieras que no eso llamaba la atención de muchas personas que después de tantas horas jugando se cansaban de la misma situación de siempre.
Cuando Manu me comentó el ambiente de la comunidad de Guitar Hero me recordó mucho a los juegos de lucha a nivel de esports. Todos se conocen y cuando alguien te gana, al principio esa rabia competitiva se convierte en amistad. Quieres conocer a esa persona. Una rivalidad extraña, pero bonita. Cada vez que venía alguien nuevo, se unía al circuito que habían montado.
Manu tras seis años todavía no lo ve como un trabajo. Pero toda esta formación y comunidad le ha permitido ganar más ideas para un futuro. En la zona de alrededor de Castellón, está planificando un formato de entretenimiento que replica su experiencia en DreamHack Valencia a un nivel mucho más local, al que ha llamado Game Experience (No confundir con la feria madrileña).
DreamHack Valencia es un evento anual, lo que implica que el resto del año Manu no se enfocaba para nada en el sector del videojuego y de los esports. Cuando le pregunté, afirmó que a muchas personas con las que colabora en la feria, por no decir casi todas, solo las ve en DreamHack. Sí, si hay algo importante que se puede planificar con antelación tienen vías de comunicación. Pero en un trato más personal, solo sucede en DreamHack.
A muchos nos pasa que tras los años perdemos el contacto con personas a las que hemos conocido en diferentes fases de nuestra vida. Para Manu, DreamHack es una forma de reunirse con gente que quizás pierda en un futuro. Para mí, DreamHack es la forma de reunirme con Manu. Desde hace seis años, siempre veo a Manu en DreamHack. Quizás solo lleve sin ver a otros amigos de la carrera dos o tres años, pero siento como que mi vía de contacto con ellos se ha perdido. Con Manu, gracias a DreamHack y sin perspectivas de un final cercano, esto no sucede. Esta es la historia de Manu, pero podría ser la tuya.